La guerra no tiene nombre de mujer. Svetlana Alexiévich

"1978-1985

Escribo sobre la guerra... Yo, que nunca quise leer libros sobre guerras a pesar de que en la época de mi infancia y juventud fueran la lectura favorita. De todos mis coetáneos. No es sorprendente: éramos hijos de la Gran Victoria. Los hijos de los vencedores. ¿Que cuál es mi primer recuerdo de la guerra?. Mi angustia infantil en medio de unas palabras comprensibles y amenazantes. La guerra siempre estuvo presente: en la escuela, en la casa, en las bodas y en los bautizos, en las fiestas y en los funerales. Incluso en las conversaciones de los niños."

Svetlana Aleixiévich, descubierta en muchos países a raíz del premio Nobel de Literatura en 2015, revoluciona la literatura al crear una obra polifónica que rompe fronteras y se resiste a ser definida: periodismo, ensayo, novela... Su trayectoria se basa en recoger las historias que sus protagonistas confiesan ante una grabadora. Pacientemente contacta con cientos de personas, dialoga, pregunta, escucha, habla... participa en un proceso de terapia que la sociedad les niega y transforma el material transcribiendo, ordenando, y compilándolo para dar voz a tantas personas silenciadas.

En esta ocasión busca, pregunta y dialoga con parte del casi millón de mujeres que combatió en las filas del Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial, la guerra de liberación. Mujeres fracotiradoras, tanquistas, médicas.. no narran sus batallas ni combates sino su experiencia lejos de la heroicidad. Frío, suciedad, hambre, violencia sexual, discriminación y muerte.

"Son tan distintas las maneras de recibirme y de narrar... Algunas de ellas comienzan a contármelo todo al momento, en el primer contacto telefónico: ... Recuerdo... Me acuerdo de todo como si  hubiera ocurrido ayer... Otras procuraban aplazar la cita y la conversación: Tengo que prepararme.. No quiero volver a aquel infierno... Valentina Pávlovna Chudaeva es de las que va con mucha cautela, abre con desgana las puertas de su mundo, la he ido llamando de vez en cuando a lo largo de varios meses, en una ocasión hablamos durante dos horas y por fin decidimos conocernos. Sin demoras al día siguiente."

Después de la guerra de liberación les esperaba más hambre, más frío y el olvido. Ellos eran los héroes, ellas volvían a ser madres, cuidadoras, cocineras y quedaron en el olvido hasta que Svetlana llamó a su puerta y las invito a alzar su voz. Ella se convirtió en su altavoz al transcribir las palabras que brotaban de su corazón. No tienen que recordar, porque a pesar del tiempo transcurrido no pueden olvidar.

Es el trabajo de Svetlana Alexiévich arduo, detallista, sin fin y profundo. Como una actriz que se transforma en sus personajes y pierde su yo, Svetlana se funde en las historias que con paciencia y tesón compila para publicarlas bajo la sombra de la censura y de la restricción de libertades. Es un trabajo valiente, muy valiente e imprescindible.



La guerra no tiene nombre de mujer.
Svetlana Alexiévich
Debate. 2015
365 pág.

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