Américo Vespucio: la historia de un error histórico. Stefan Zweig


"¿Quién fue el hombre que dió el nombre de "América" a América?. Cualquier estudiante, sin ningún reparo, podría contestar a esta pregunta: Americo Vespucio. Mas ante la siguiente pregunta, incluso los adultos se sienten inseguros y vacilan: ¿Por qué se bautizó a esta parte del mundo, precisamente con el nombre de pila de Américo Vespucio? ¿Por qué Vespucio descubrió América? ¡Jamás lo hizo!"

Escrito en 1931, Stefan Zweig se enfrenta en este texto a la historia de un nombre y su error: América. En 1493 a su regreso del primer viaje a las "indias" Colón escribirá un carta, copiada e impresa en la recién desarrollada nueva tecnología: imprenta de tipos móviles. Se inicia una carrera por la exploración de las nuevas tierras, y serán numerosas las "cartas", noticias, avisos, y folletos narrando el redescubrimento de América. Entre ellas en 1503 aparece "Mundus Novus" un relato epistolar escrito por Albericus Vespucius sobre un viaje a países desconocidos que tendrá gran éxito. Y aquí comienza la leyenda sobre el viaje y sobre el nombre, hasta que en 1538, Mercatosr, el rey de los cartógrafos inscribe en el continente de su mapamundi AMERICA. 

"Pero según la antigua ley de lo dramático y también melodramático, todas las figuras heroizadas necesitan de un rival como la luz necesita del a sombra, como Dios al Diablo, como Aquiles a Tersites y como el gran soñador Don Quijote a Sancho Panza, realista de cabo a rabo. Para realzar al genio, hay que denigrar a su contrario...Por tanto, los enemigos de Colón son tildados de miserables y malvados. Pero el verdadero rival resulta ser ahora Vespucio. ¡Qué suerte! Y junto a la leyenda de Colón nace la de Américo Vespucio".

Zweig, en este breve texto erudito y ameno desenreda la confusión entre un nombre, un continente y un comerciante. Stefan Zweig, es siempre una apuesta segura ya sea en sus novelas o biografías. Nacido en Austria en 1881 en el seno de una familia judía acomodada, estudió en la universidad filosofía y literatura. Conoció el éxito literario y vivió en una Europa asolada por el conflicto, sirviendo en la primera guerra mundial y exiliándose a Brasil tras la presión ejercida por el ascenso del régimen nazi a Alemania. En 1942 se suicidó, explicando en una declaración escrita:

"Antes de partir de la vida, con pleno conocimiento, y lúcido, me urge cumplir con un último deber: agradecer profundamente a este maravilloso país, Brasil, que me ofreció a mí y a mi trabajo una estancia tan buena y hospitalaria. Cada día aprendía a amar más este país, y en ninguna parte me hubiera dado más gusto volver a construir mi vida desde el principio, después de que el mundo de mi propia lengua ha desaparecido y Europa, mi patria espiritual, se destruye a sí misma.

Pero después de los sesenta se requieren fuerzas especiales para empezar de nuevo. Y las mías están agotadas después de tantos años de andar sin patria. De esta manera considero lo mejor, concluir a tiempo y con integridad una vida, cuya mayor alegría era el trabajo espiritual, y cuyo más preciado bien en esta tierra era la libertad personal.

Saludo a mis amigos. Ojalá puedan ver el amanecer después de esa larga noche. Yo, demasiado impaciente, me les adelanto."


Américo Vespucio: la historia de un error histórico.
Stefan Zweig.
Capitán Swing Libros. 2010.
119 pág.





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