Barba Azul. Amélie Nothomb

Cuando Saturnine llegó al lugar de la cita, le sorprendió que hubiera tanta gente. Sospechaba que no sería la única candidata, desde luego: pero de ahí a ser recibida en una sala de espera en la que la precedían quince personas, iba un trecho.


Saturnine ha leído un anuncio en el periódico ofreciendo compartir habitación con derecho a cocina en un palacete del distrito séptimo de París a un precio muy asequible. Desde luego que debería haber gato en este caso de angora encerrado, o tal vez psicópata, pero la oferta es demasiado tentadora para no internarlo al menos. Vivir en un palacete lo merece.

Amelie nos ha mal acostumbrado a textos breves de calidad y originalidad exquisitos, y lo vuelve a hacer recreando el cuento clásico de Perrault "Barba Azul" personificado en un aristócrata español lector insaciable de procesos de la Inquisición que no miente nunca, o sí. Saturnine, cuyo nombre no evoca candidez ni indefensión no va a caer rendida a los pies enamorada de un estrafalario y ñoño millonario, o sí.

Saturnine se despertó en mitad de la noche. ¿Cómo había podido dejar pasar semejantes palabras sin reaccionar?. Ahora su mente era un hervidero. No podía esperar a la hora de la cena para interrogar a don Elemiro.

Como un cóctel sabiamente mezclado que no agitado se combinan amores, psicopatías y originalidades variadas en un guión rico, excéntrico, erudito y con elementos autobiográficos que nos atrapan. Así que...

-"Está usted. Provisionalmente viva".



Barba Azul.
Amélie Nothomb.
Anagrama. 2014.
144 pág.

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