El hombre de la dinamita. Henning Mankell

" - ¿Por qué demonios no explota?
Norström pateaba furioso con el pie izquierdo. Se la había enredado en un ovillo de hilo de acero que habían dejado descuidadamente entre las piedras de la cantera. Pateaba y el hilo se le iba enroscando a la bota y le iba subiendo por la pierna. Habría podido agacharse fácilmente y, de un tirón, habría podido quitarse aquella maraña de hilo metálico del pie y de la pierna.
Pero Norström no se agachó. Siguió pateando rabioso con el pie. Estaba sudando. La camisa gris de franela empapada en sudor, que llevaba abotonada hasta el último botón y que le cubría la barriga sobrealimentada, desprendía un olor ácido a piel sucia."

En 1973 Henning Mankell publica su primera novela El hombre de la dinamita iniciando su carrera literaria. En el propio libro confiesa que previamente había publicado alguna colaboración y obra de teatro que había dirigido. Sin embargo, esta sería su primera novela literaria recibida con buenas opiniones, dando inicio a una carrera que automáticamente identificamos con su protagonista más famoso:  el detective Wallander. Sin embargo, El hombre de la dinamita no es un texto amable con el mercado editorial dentro de las modas literarias, sino un texto rico de denuncia social comprometido con el pensamiento del autor.

1911, Oskar Johnasson acude a su trabajo de dinamitero para la construcción de un tunel ferroviario. Ese día, una de las cargas no explota y al ir a comprobarla se produce la deflagración. Se publica una nota periodística informando del accidente y el fallecimiento, uno más, del operario. En realidad, sus compañeros consiguen recoger su cuerpo y llevarlo al hospital. Oskar sobrevivirá, se recuperará y regresará a su trabajo de dinamitero donde se jubilará. Sobre esta historia real, Mankell reconstruye una sociedad de trabajo que se despierta reclamando derechos.

--Nos conocimos en una manifestación. La verdad es que mucha gente se conocía así por aquel entonces. Y quizá no fuera tan raro. ... Íbamos hablando y se ve que a ella no le parecía que mi aspecto tuviera alguna importancia. En aquel tiempo había mucha gente herida. Casi todos los trabajadores sufrían un accidente tarde o temprano. Fueron muchos los que padecieron raquitismo, el mal inglés. Muchos sufrían ataques de tos mientras cantábamos... Unos cojeaban de un pie. Faltaban muchos brazos...

En torno a Oskar, su accidente y su vida, Mankell elabora una serie de observaciones desde múltiples puntos de vista para retratar una sociedad dividida en clases a través de situaciones cotidianas: la señora que se irrita cuando su criada entra sin llamar, afectada al leer en el periódico la muerte por accidente de su novio; las condiciones de pobreza de la clase trabajadora y las tensiones que surgen con sindicatos y manifestaciones. El tiempo transcurre y llega el paro a causa de una crisis, es momento de ajustar cuentas. Parece el lema de un cartel, como el de la pirámide que preside la casa de Oskar: si pedís demasiado, os damos crisis. Cambiamos las cosas para que todo siga igual.

En su reedición Mankell incluyó un prefacio "Han transcurrido veinticinco años desde que este libro se fraguó.... Lo que dice el libro sigue vigente hoy en gran medida". Esta es la razón por la que cuarenta y cinco años después, el libro inédito en español se publique suscitando interés. Porque bajo otras formas de tensión y forma social han cambiado muchas cosas, pero para el hombre de la dinamita moderno no.




El hombre de la dinamita
Henning Mankell
Tusquets. 2018
237 pág.

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