La revolución de la luna. Andrea Camilleri

" El virrey abre la sesión, pero alguien la cierra 
La sesión del Sacro Regio Consejo que el virrey don Ángel de Guzmán, marqués de Castel de Roderigo, celebraba en palacio cada mañana de miércoles a las diez en punto, también aquel día, que era el 3 de septiembre de 1667, comenzó como de costumbre, siguiendo un procedimiento rígidamente establecido.

Ante todo, de las seis a las ocho, cinco criadas, una vez abiertas las ventanas para airear, habían barrido y lavado el suelo, desempolvado y lustrado los muebles del salón.

Los sillones de los seis consejeros estaban colocados tres a la izquierda y tres a la derecha del gran trono de oro reservado a sus majestades los reyes de España, que, sin embargo, no habían tenido ocasión de posar en él su augusto trasero, dado que nunca ninguno de ellos se había dignado a bajar a la isla.
Al trono se accedía tras subir seis grandes escalones cubiertos por una alfombra roja y gruesa."


El virrey, el marqués don Ángel de Guzmán, desde que llegó hace dos años ha sorprendido a Palermo, por su delgadez, por su juventud y por la belleza de su esposa Eleonora. La sorpresa no cesa, el virrey instalado en la ciudad comienza a engordar hasta convertirse en una masa de carne que ni médico ni sastre consigue arreglar. Hasta que un día de consejo, iniciada la rutina burocrática, el cuerpo que lo acoge decide tomarse descanso por lo que hasta la llegada de nuevo virrey de Madrid, en el tiempo que da una revolución de la luna, su bella esposa heredará el vierreinato por testamento y el don de sorprender a la ciudad por gracia celestial.
Eleonora de Mora, convertida en virreina sagaz y justa, desencadenará una transmutación en personas y obras que provocarán una revolución.

"En Palermo, en cuanto los pregoneros anunciaron las dos nuevas leyes de doña Eleonora y se supo que había sido capaz de hacer dimitir a aquellos asquerosos y insaciables consejeros, tres cuartas partes de la gente que era contraria a una virreina cambió de opinión. Ésa era una mujer que sabía lo que hacía y ponía los puntos sobre las íes.
El obispo Turro Mendoza, el príncipe de Ficarazzi y don Cono, encontrándose los tres por casualidad en una boda, se apartaron para hablar de la situación.
—¿Habéis tenido novedades? —‌preguntó el obispo.
—Hay tantas... —indicó el príncipe."


Andrea Camilleri encuentra en las cronologías de los virreyes de España en Palermo la noticia del fallecimiento de don Ángel de Gúzman en el ejercicio de sus funciones y la mención del virrey que lo sustituye. Sin embargo, se detiene en la omisión de la crónica para recrear una ficción novelesca de los veintisiete días durante los cuales el virreinato es ejercido por la esposa del fallecido. Virreinato silenciado por la crónica oficial que rescata para hacer un homenaje a las mujeres invisibles de la historia. Es una historia de olvido y de opresión que recupera valores actuales en un ejercicio  de poder justo y humano que benefició a las comunidades oprimidas de una ciudad, Palermo, a la orilla del desarrollo.
Una vez más, gracias maestro.



La revolución de la luna.
Andrea Camilleri
Destino. 2018
288 pág.

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