Múnich. Robert Harris

"Poco antes de la una de la tarde del martes 27 de septiembre de 1938, el señor Hugh Legat, del Servicio Diplomático de Su Majestad, fue conducido a su mesa, junto a uno de los grandes ventanales del restaurante del Ritz de Londres; pidió un benjamín de Dom Perignon de 1921 que no podía permitirse, abrió su ejemplar de The Times por la página diecisiete y empezó a leer por tercera vez el discurso que Adolf Hitler había pronunciado la noche anterior en el Sportpalast de Berlín."

Después de Enigma, Cónclave, algo menos en Pompeya... esperaba esa magistral tensión que se desarrolla en tramas sabiamente tejidas. Múnich es una tela de araña exitosamente estructurada en ejecución y ambientación pero carente de esa gota de rocío que la da presencia y tensión.

Nevil Chamberlain, primer ministro de Reino Unido quiere evitar otra guerra en Europa ante las ansias expansionistas de Herr Hitler. No va a ser nada fácil. Entre las iniciativas diplomáticas, con la intermediación de Mussollini, se reunirá en Múnich con el Führer para tratar sobre las reivindicaciones checas. Mientras tanto diversos elementos del gobierno y sociedad alemana plantean diversas opciones de oposición ante la gestión belicista del Führer.

Sobre un contexto histórico muy preciso, las negociaciones en Múnich sobre Checoslovaquia, Robert Harris despliega una trama a dos niveles. Por una parte los grandes jefes de estado conscientes de estar escribiendo la historia camino a una fosa común, y en segundo plano los funcionarios que hacen funcionar la maquinaria día a día con su esfuerzo enfrentándose a todo tipo de rivalidades y contratiempos. En estas reuniones diplomáticas de alto nivel los participantes se mueven como marionetas en guiones prefijados, la cuestión es dilucidar quien mueve los hilos y en que dirección.

"Hitler no dio muestras de haber oído el comentario.
-¡Pero Chamberlain! - Pronunció el  nombre con sarcástica repugnancia, alargando las vocales para que sonase como una obscenidad-. ¡Ese "Chambelán" regatea por cada pueblecito y cada minucia como un tendero de mercadillo! ¿Saben ustedes, caballeros, que pedía garantías de que a los granjeros checos expulsados de los Sudetes se les permitiera llevarse sus cerdos y vacas? ¿Pueden imaginarse la trivialidad burguesa de una mente capaz de preocuparse por tamaña minucia? ¡Pedía indemnizaciones por cada edificio público transferido! 
- Me ha gustado la observación de François-Poncet - intervino Mussolini -: "¿Qué? ¿Incluidos los lavabos públicos?.
Hubo risas por toda la mesa."

La recreación ejecutada a través de una detallada documentación evoca una atmósfera veraz que nos hace reflexionar sobre un momento tan concreto e importante de la historia de Europa. En Múnich se reivindica la figura de Chamberlain a través de un relato más humano que político. La presencia humana de todos los personajes nos va guiando sobre sus acciones personales que en los líderes acaban siendo políticas con gran influencia sobre la vida de millones de personas. 




Múnich
Robert Harris
Grijalbo. 2018
391 pág.

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