El rey recibe. Eduardo Mendoza

I had this story from one who had no business to tell it to me, or to any other.


Pollensa, 14 de julio (crónica telefónica de nuestro enviado especial Rufo Batalla). - Bajo un cielo resplandeciente y junto a una playa paradisíaca bañada por el mar, se ha celebrado la suntuosa boda del heredero de una del as más antiguas realizas de Europa con un bella señorita perteneciente a una noble y adinerada familia de la aristocracia inglesa.

Comienza la crónica periodística de un príncipe en exilio y la del propio periodista, Rufo Batalla, incipit de Las Tres Leyes del Movimiento, trilogía testigo de la sociedad de la segunda mitad del siglo XX. Esta es la presentación de El Rey recibe una novela de digresiones en una historia basada en un joven soso que salta de Barcelona a Nueva Yok, de periodista a burócrata. Mientras tanto, en el texto se salpica a modo de crónica el Watergate, la muerte de Carrero, y la pseudo ficticia historia de Livonia, entre otras.

El territorio de Livonia, sobre el qe el príncipe aspiraba a reinar, estaba situado a las orillas del Báltico, entre el golfo de Finlandia y el golfo de Riga. Al sur limitaba con el lago Peipus y al este, con el río Narva. En aquel momento estaba repartido entre Estonia y Letonia, compuesto de varios oblasts e integrado en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Imaginemos a un Tintín maduro y cansino pasado de gimlets que le da por escribir unas memorias llenas de ficción, pacatas e insulsas. A ratos fluye un torrente de crónica periodística, otras se pone misterioso para crear una tensión aburrida y a ratos se enreda en timoratos recuerdos sicalípticos. Resultado del cocktail: un patchwork aderezado con citas multilingüísticas. Si algún mérito tiene el refrito es su prosa fluida que permite una lectura ligera, por lo demás me parecía estar saltando de link en link de la Wikipedia.


El rey recibe.
Eduardo Mendoza.
Seix Barral. 2018
366 pág.

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