Por último, el corazón. Margaret Atwood

"Apretujados
En el coche duermen apretujados. De entrada, como se trata de un Honda de tercera mano, no es ningún palacio. Si fuese una furgoneta dispondrían de más espacio, pero ni siquiera cuando creían tener dinero habrían podido permitirse un lujo como ése. Stan dice que son afortunado por tener el vehículo que sea, pero esa fortuna no hace que el coche sea más grande." 

Sin trabajo, sin presente y sin futuro, durmiendo en la calle, el único objetivo es superar el día a día, sobrevivir. Así comienza la historia de una pareja, Stan y Charmaine, cuya desesperación les hace participar en el proyecto Positrón, un experimento social de convivencia en la ciudad dual de Consilencia. Un mes han de vivir separados en la Penitenciaria Positrón, un módulo de confinamiento, y otro mes en plena libertad habitando una casa de clase media americana que comparten con otra pareja a la que no ven puesto que intercambian cada mes su habitabilidad.

A través de este Gran Hermano que plantea una felicidad absoluta se desgranan una serie de defectos humanos que progresivamente se amplifican hasta descubrir una comunidad fracasada en convivencia y respeto de derechos fundamentales. Charmaine será protagonista de una serie de eventos que desencadenan un proceso de desencanto que concluirá junto con Stan liderando una compleja lucha para recuperar la libertad y derechos perdidos.

"El hombre la mira: a pesar de las drogas, es evidente que está asustado. Intenta hablar: le sale un sonido denso. Uhuhuhuh... Siempre hacen el mismo ruido; a Charmaine le resulta un poco doloroso.
-Hola-le dice ella-. ¿Verdad que hace un día precioso? ¡Mira como brilla el sol!. ¿Quién podría estar triste con un día como éste? No te va a pasar nada malo.
Eso es verdad: por lo que ha observado hasta ahora, la experiencia parece extática. La parte mala se la lleva ella, porque es quien tiene que preocuparse de si lo que está haciendo está bien. Es una gran responsabilidad, aún peor porque se supone que no se lo puede contar a nadie, ni siquiera a Stan.
Cierto que por el Procedimiento tan sólo pasan los peores criminales, los incorregibles, los que no han conseguido rehabilitar."

Consilencia no es el experimento social proyectado, ni el paraíso idílico de felicidad anunciado, sino la suma decadente de corrupción, soborno y depravación. Es la excusa literaria que Margaret Atwood construye con maestría para denunciar una sociedad que lucha por la transparencia, la protección de derechos fundamentales y que se enfrenta cada día a nuevos retos especialmente tecnológicos. Se deslizan en las páginas actores disfrazados de Elvis sobreviviendo con escasa dignidad, Posibilibots creados para servir de esclavos sexuales, programaciones neuronales que atentan contra la dignidad humana, procedimientos destinados a la lucrativa venta de órganos... Sin embargo, no es una desbordante imaginación, sino una asombrosa capacidad de reconocer y describir al ser humano a través de una parábola crítica. ¿Seremos alumnos aventajados que sepan limitar este terrible pronóstico?

Por sus páginas se deslizan ecos de Un Mundo Feliz y 1984 en una propuesta menos distópica de lo que queremos creer, rabiosamente actual y construida con humor.

"El mundo se abre ante vosotros, podéis escoger vuestra mansión de reposo"



Por último, el corazón
Margaret Atwood
Salamnadra. 2016
412 pág.

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