Quiero una mujer, profirió el general. Lo que necesito es una mujer, desde luego.
No es usted el único que se halla en esa situación, le sonrió Paul Objat. Ahórreme sus reflexiones, Objat, se crispó el general, no quiero bromas al respecto. Un poco de compostura, santo Dios. La sonrisa de Objat se eclipsó: Le ruego me disculpe, mi general. No se hable más, dijo el oficial, meditemos.
El general Bourgeaud, sesenta y ocho años, ex funcionario del servicio de planificación y realización de operaciones clandestinas especializado en la infiltración y exfiltración de personalidades está casi retirado. Dispone de despacho, ordenanza, sueldo íntegro aunque no coche oficial y para ocuparse con algo y por el bien de Francia monta operaciones.
Constance, treinta y cuatro años, casada con un hombre de negocios en vida matrimonial cero con veleidades de divorcio, es la mujer elegida. Lou Tausk, esposo de la mencionada, es un hombre práctico encerrado en su estudio de la rue de Pali-Kao entregado a la composición musical.
A partir de estas premisas comienza la operación, Constance es secuestrada solicitándose el correspondiente rescate económico.
Jean Echenoz despliega un ejercicio estilístico muy personal salpicando el texto de comentarios y pensamientos propios y ajenos manteniendo un sistema de descripción plano y detallado. Consigue recrear un estilo de informe personal y algo caótico que seduce por su frialdad y exactitud no exenta de ironía. Sin embargo este estilo, los múltiples elementos que me resultan tan planos y las digresiones me hacen abandonar al pasar escasamente las cien páginas. Ya lo dijo Ranganathan: "A cada libro su lector", "A cada lector su libro", "Los libros son para usarse". No me queda más que pasar este libro a un lector que lo sepa apreciar.
A partir de estas premisas comienza la operación, Constance es secuestrada solicitándose el correspondiente rescate económico.
Jean Echenoz despliega un ejercicio estilístico muy personal salpicando el texto de comentarios y pensamientos propios y ajenos manteniendo un sistema de descripción plano y detallado. Consigue recrear un estilo de informe personal y algo caótico que seduce por su frialdad y exactitud no exenta de ironía. Sin embargo este estilo, los múltiples elementos que me resultan tan planos y las digresiones me hacen abandonar al pasar escasamente las cien páginas. Ya lo dijo Ranganathan: "A cada libro su lector", "A cada lector su libro", "Los libros son para usarse". No me queda más que pasar este libro a un lector que lo sepa apreciar.
Jean Echenoz
Anagrama. 2017
254 pág.
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