Voz. Christina Dalcher

Si alguien me hubiera dicho que podía cargarme al presidente, el Movimiento Puro y a ese desgraciado e incompetente de Morgan LeBron en una sola semana, no les habría creído. Pero la verdad es que no habría discutido mucho. No habría dicho nada.
Me he convertido en una mujer de pocas palabras.
Esta noche en la cena, antes de que yo pronuncie las últimas palabras del día, Patrick toca el dispositivo plateado que llevo en torno a la muñeca izquierda. Es un toque ligero, como si compartiera mi dolor, o como si quisiera recordarme que me quede tranquila hasta que el contador se reinicie, a medianoche. Ese hecho mágico ocurrirá mientras esté dormida, y empezaré el martes con el contador a cero. El de mi hija Sonia hará exactamente lo mismo.
Mis hijos varones no llevan contadores de palabras.

Estamos en unos Estados Unidos puros en los que la mitad de la población ha sido limitada a pronunciar cien palabras, dentro de poco serán menos y obligatorias limitadas al manifiesto de la pureza. Voz (Vox en versión original) nos plantea una distopía próxima a nosotros que nos conmueve por el paralelismo existente actualmente en algunos países y las nuevas propuestas que se alzan en otras.
Las mujeres solo pueden pronunciar un máximo de cien palabras al día, una más y la pulsera que las controla emitirá una descarga de voltios de electricidad que aumenta según se pronuncian más palabras hasta llevar a la muerte. Las mujeres no pueden escribir, los libros están prohibidos, sus escuelas son destinadas a la enseñanza doméstica y de pureza, no pueden trabajar, carecen de pasaporte y dinero. Mientras crean una nueva sociedad, destruyen la esencia de la libertad y planean imponerla al resto del mundo a través de un programa que induce la afasia.

De las estrellas rosas a las amarillas, todo surgido de la expresión democrática en las urnas y sin que nadie escuche las advertencias porque como no nos afecta... todavía, Voz es un libro para ser leído en voz alta.

-- Míreme bien, Jean. Soy una mujer negra.
-- Ya me he dado cuenta. ¿Y qué?
--¿Cuánto tiempo cree que pasará antes de que al reverendo Carl y sus santas ovejas Purísimas se les meta en la cabeza que no solo hay hombres y mujeres, que fueron creados distintos a los ojos de Dios, sino negros y blancos? ¿Cree que los matrimonios mixtos como el mío forman parte del plan? Si es así, no es tan lista como imaginaba.
Noto que me pongo roja.
-Nunca lo había pensado.
-Claro que no. Mire, no quiero ser grosera, pero a ustedes, las chicas blancas, lo único que les preocupa son ustedes mismas, las chicas blancas. Yo tengo mucho más que perder que cien palabras al día solamente.

Christina Dalcher, lingüísta especializada en fonética, nos propone recordar en Voz un mundo alternativo tan próximo a nosotros que si levantamos los ojos del papel lo encontraremos a nuestro alrededor. Nos conmueve para que alcemos la voz antes de que sea tarde para todos.



Voz
Christina Dalcher
Roca. 2018
350 pág.

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