Candela. Juan del Val

Tengo estrías, celulitis y una perra fea que se llama Chelo. Al principio era bonita, pero cuando creció se le ensanchó el culo y le empeoró la cara. Lo mismo que me pasó a mí, salvando las distancias. Yo de niña era muy guapa, además de graciosa.

Candela trabaja de camarera en el bar de la familia, vive sola con su perra próxima a la casa de su madre y abuela con las que mantiene una buena relación. Su vida gira en torno al bar y su rutina se va a ver alterada cuando de forma accidental fallece su madre.

El libro ha ganado el Premio Privamera de Novela 2019 con un jurado equilibrado: Carme Riera, Fernando Rodríguez Lafuente, Antonio Soler, Ana Rosa Semprún y Gervasio Posadas. La presentación arranca con un buen trabajo que anuncia una buena historia. Pero ahí se queda el relato, en un buen trabajo de redacción con gran equilibrio y fluidez que resulta muy logrado. Detrás, una trama llena de tópicos que se acumulan cansinamente en torno a la protagonista: abusos, hermanos secretos, herencias, sexo...

Pienso en mi vida y siento que nada está bien, pero por algún extraño motivo estoy contenta. Antes solía ser al contrario, que estaba triste cuando no había tantos motivos.

Lectura entretenida, de primavera, de verano, y bien escrita, con ritmo y equilibrio, sin poso y difícil de recordar.


Candela
Juan del Val
Espasa. 2019
253 pág.

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