El ferrocarril subterráneo. Colson Whitehead

La primera vez que Caesar le propuso a Cora huir al norte, ella se negó.
Fue su abuela la que habló. La abuela de Cora no había visto el océano hasta aquella tarde luminosa en el puerto de Ouidah y el agua la deslumbró después del encierro en las mazmorras del fuerte. Los almacenaban en las mazmorras hasta que llegaban los barcos. Asaltantes dahomeyanos raptaron primero a los hombres y luego, con la siguiente luna, regresaron a la aldea de la abuela a por las mujeres y niños y los condujeron encadenado por parejas hasta el mar.

El ferrocarril subterráneo era una agrupación abolicionista clandestina que se desarrolló en el siglo XIX en Estados Unidos para ayudar a los esclavos durante su viaje de huida desde plantaciones del sur a los estados libres del norte y Canadá. Utilizando un lenguaje relativo al ferrocarril: estaciones, vías libres, trenes... se comunicaban a través de códigos secretos para facilitar la huida. En base a este fenómeno histórico de abolicionismo, Colon Whitehead elabora una red de personajes perfilados por la esclavitud y su relación con ella. Esclavos que se someten a la vida de la plantación frente a los que luchan por su libertad conscientes de los terribles castigos y venganzas existentes en su fracaso. Ciudadanos en contra de la legislación que luchan por la abolición apoyando la huida de esclavos  y desarrollando campañas para modificar la legislación frente a quienes se benefician de la misma a través de plantaciones, recompensas y acoso al esclavo.

Lista tras lista abarrotaban el libro de contabilidad de la esclavitud. Los nombres se recopilaban primero en la costa africana, en decenas de miles de listas de embarque. El cargamento humano. Los nombres de los muertos importaban tanto como los nombres de los vivos, puesto que cada pérdida por enfermedad y suicidio --y el resto de percances contabilizados bajo el mismo epígrafe-- debía justiciarse ante el patrón.

Cora, esclava en una plantación algodonera de Georgia, aceptará la propuesta de huida de Caesar, un esclavo recién llegado de Virginia, iniciando un viaje al norte en el que descubrirán distintas formas de esclavitud. La crueldad del ser humano parece no tener fin en las distintas formas de opresión y brutalidad que se ejercen en los estados que atraviesa en la búsqueda de una libertad que parece imposible. La metáfora histórica del ferrocarril toma cuerpo al recrear en la novela la existencia de túneles, conductores, vagones... que son una licencia literaria que debilita la narración frente a la excelente potencia de los personajes y su perfil psicológico.

Ganadora del Premio Pulizter y el National Book Award, El ferrocarril subterráneo es un canto a la libertad y a la determinación humana de imprescindible lectura en la comprensión del ser humano.



El ferrocarril subterráneo
Colson Whitehead
Penguin Randon House. 2017
316 pág.

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