El silencio de la ciudad blanca. Eva García Sáenz de Urturi

Vitoria, agosto de 2016
Las cámaras de televisión se obsesionaron con acosar a mi cuadrilla. Necesitaban un titular y estaban convencidos de que mis amigos podrían dárselo. Los siguieron por toda Vitoria desde que saltó la noticia de que el asesino me había disparado: a partir de aquel momento, no hubo descanso para nadie.

La rutina de Álava y en especial la del inspector Unai López de Ayala conocido por sus amigos como Kraken, se ve alterada ante el reinicio de una serie de crímenes rituales. Sin embargo, el asesino condenado por los anteriores homicidios está en prisión. La ciudad se ensombrece atemorizada por el posible acólito del asesino, o tal vez el hermano gemelo que fue el policía que lo detuvo, o el propio preso que encuentra algún enigmático método para evadir la prisión. Todo son especulaciones que ensombrecen una investigación inefectiva pues los cadáveres se suceden a una velocidad incesante.
  
Qué poco temía el qué dirán desde que sabía que se iba a morir en breve. Que se fuese a paseo el párroco de San Antonio, y Andresa Apaolaza, la mujer del alcalde, y toda la corte celestial del Círculo Victoriano.
Que se fuesen todos a paseo.

La indiscutible protagonista de la novela es la sociedad alavesa encerrada entre las piedras de la tradición y la violencia impuesta en una ley de silencio que justifica comportamientos delictivos. Los distintos personajes detallados con un perfil psicológico profundo y exhaustivo de gran riqueza se desplazan en varios hilos argumentales que componen una tela de araña en la que la intriga se mantiene constante y concluye brillantemente.

El gran éxito entre los lectores dió lugar a una saga con nuevos títulos en la denominada trilogía de la ciudad blanca: Los ritos del agua y Los señores del tiempo e incluso una adaptación a la gran pantalla de próxima aparición. 




El silencio de la ciudad blanca
Eva García Sáenz de Urturi
Planeta. 2016
480 pág.

Comentarios