La red púrpura. Carmen Mola

La mujer aguarda dentro del coche, abstraída del ambiente navideño. Al principio ha pensado que la radio podía servir de entretenimiento, pero no soporta la euforia impostada de los locutores, la obligación de transmitir alegría a los oyentes. La publicidad radiofónica, ya de por sí cargante, le resulta insufrible en estas fechas. Un villancico más y se abre las venas. Apaga la radio, ella no está para celebraciones.

La traumática vida de la inspectora Elena Blanco vuelve a las librerías tras resolver el caso de La novia gitana, para enfrentarse al gran caso de su vida: localizar a su hijo secuestrado. Mientras nos reencontramos con un nuevo caso de la Brigada de Análisis de Casos enfrentándose a la red profunda, delitos variados de violencia, narcotráfico, trata de personas... Carmen Mola reconstruye un Madrid de barrios degradados como Pan Bendito, Vallecas o la Cañada.
  
En algunos barrios de toda España --la Cañada Real en Madrid, la Mina en Barcelona, las Tres Mil Viviendas en Sevilla, el Puche en Almería, el Príncipe en Ceuta o las Mil Viviendas en Alicante--, la ley la marcan los narcos, la policía solo entre si no le queda más remedio y pertrechada como si fuera a la guerra.
 -- Hace unos años se decidió que, cuando se desmantelara un punto de venta de drogas en la Cañada Real, se derribaría la casa con excavadora. En principio era una buena idea --sigue instruyéndolos Costa--, el problema es que los grandes clanes quieren minimizar riesgos y se están expandiendo hacia otros lugares. Barrios que teníamos medio controlado están cayendo en sus manos.

Carmen Mola vuelve a romper con tópicos: las segundas partes pueden ser mejor que las primeras. Y lo demuestra con creces. Sigue escondida en el anonimato de su pseudónimo, lejos del marketing editorial de ferias, presentaciones y circos. Sigue cerca de sus lectores, ofreciendo calidad e intriga en una novela excelentemente construida y documentada. Aumenta ventas y lectores a través del boca a boca que son los auténticos críticos de la literatura. Y en breve será adaptada a la pequeña pantalla.

Y a través de la ficción sigue denunciando: barrios condenados a la miseria, clanes todopoderosos en el delito y una policía sin medios. Es el día a día de las grandes ciudades en el que exministros cobran de los nuevos lobbies del juego para legalizar el delito. Vivimos en una sociedad violenta, hipersexualizada y agresiva que la literatura en este caso denuncia con crudeza y maestría.




La red púrpura
Carmen Mola
Alfaguara. 2019
423 pág.

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