La primera vez que oí hablar de algo llamado «cambio climático» o «calentamiento global» tendría unos ocho años. Era algo que, por lo visto, habíamos provocado los seres humanos con nuestro estilo de vida. Me dijeron que apagara las luces para ahorrar energía y que reciclara el papel para ahorrar recursos.
Recuerdo que pensé que era muy extraño que los seres humanos, siendo solo una especie animal más, fuésemos capaces de cambiar el clima de la Tierra. Porque si fuera así y realmente estuviera sucediendo eso, no se hablaría de otra cosa. Al encender el televisor todo giraría en torno a ello: titulares, emisoras de radio, periódicos. No leeríamos ni oiríamos hablar de otro tema. Como si hubiera una guerra mundial.
Pero nunca se hablaba de esto.
Si quemar combustibles fósiles era tan malo que amenazaba nuestra misma existencia, ¿por qué seguíamos como antes? ¿Por qué no había restricciones? ¿Por qué no los prohibían?
Para mí no tenía sentido. Era demasiado increíble.
Para mí no tenía sentido. Era demasiado increíble.
Greta Thunberg, pronunciado aproximadamente Grieeta Tunbery, se define activista. En 2018 comenzó una huelga escolar todos los viernes, como proyecto escolar y personal. Cogía un sencillo cartel realizado con cartón y rotulador y se sentaba delante del parlamento solicitando a su gobierno un cambio a todos los niveles. En primer lugar de mentalidad, comenzar a pensar en torno al clima, su situación, los cambios que se están produciendo y como tratamos a nuestro planeta. A través de este sencillo gesto ha llamado a la reflexión a todo el mundo y ha sido oída por muchísimas personas especialmente por jóvenes como ella que no tienen acceso al voto y por lo tanto se organizan: manifestaciones, debates, acciones, denuncia, huelga escolar... Porteriormente recorrió Europa en tren, viajó a América en barco ecológico, regresó a Europa en catamarán y volvió a dirigirse al mundo durante la Cumbre del Clima en Madrid.
Todavía resuena su sincero «How dare you?» en nombre de todas las personas, especialmente aquellas que no tienen voz y sufren más el cambio climático, pronunciado de forma clara, rotunda y sencilla ante la ONU. En Madrid, nos recuerda la necesidad de alzar la voz en nombre del sur y de las comunidades indígenas silenciadas y víctimas principales de la alteración de su medio de vida.
Ha cambiado su vida, la de su familia, la de muchas personas que la escuchamos... Sigue a pie, en tren, con su sencillo cartel recordándonos la necesidad de cambiar por nosotros, por las generaciones futuras, porque realmente lo estamos haciendo muy mal.
Cambiemos el mundo es una recopilación de los distintos discursos pronunciados durante la Marcha por el Clima de Estocolmo, en Bruselas, en Helsinki, en Parliament Square en Londres, en la conferencia TedX, en Davos, ante el Consejo Económico y Social de la Unión Europea...
Si vivo hasta los cien años, en 2103 aún estaré viva. Cuando ustedes piensan en «el futuro», no piensan más allá del año 2050. Para entonces, en el mejor de los casos, no habré vivido ni la mitad de mi vida. ¿Qué ocurrirá después?
En el año 2078 cumpliré setenta y cinco años. Si tengo hijos, quizá pasen ese día conmigo.
Tal vez me pregunten por ustedes. La gente que en 2018 estaba aquí.
Tal vez me pregunten por qué no hicieron nada cuando todavía había tiempo para actuar.
Lo que hagamos o dejemos de hacer ahora afectará a toda mi vida y a la de mis hijos y nietos.
Y lo que hagamos o dejemos de hacer ahora ni mi generación ni yo misma podremos deshacerlo en el futuro.
Ha cambiado su vida, la de su familia, la de muchas personas que la escuchamos... Sigue a pie, en tren, con su sencillo cartel recordándonos la necesidad de cambiar por nosotros, por las generaciones futuras, porque realmente lo estamos haciendo muy mal.
Cambiemos el mundo es una recopilación de los distintos discursos pronunciados durante la Marcha por el Clima de Estocolmo, en Bruselas, en Helsinki, en Parliament Square en Londres, en la conferencia TedX, en Davos, ante el Consejo Económico y Social de la Unión Europea...
Si vivo hasta los cien años, en 2103 aún estaré viva. Cuando ustedes piensan en «el futuro», no piensan más allá del año 2050. Para entonces, en el mejor de los casos, no habré vivido ni la mitad de mi vida. ¿Qué ocurrirá después?
En el año 2078 cumpliré setenta y cinco años. Si tengo hijos, quizá pasen ese día conmigo.
Tal vez me pregunten por ustedes. La gente que en 2018 estaba aquí.
Tal vez me pregunten por qué no hicieron nada cuando todavía había tiempo para actuar.
Lo que hagamos o dejemos de hacer ahora afectará a toda mi vida y a la de mis hijos y nietos.
Y lo que hagamos o dejemos de hacer ahora ni mi generación ni yo misma podremos deshacerlo en el futuro.
Cambiemos el mundo
Greta Thunberg
Lumen. 2019
80 pág.
ISBN 978-84-26407306
Comentarios
Publicar un comentario
Comentarios