Ni de Eva ni de Adán. Amélie Nothomb

Me pareció que enseñar francés sería el método más eficaz para aprender japonés. Dejé un anuncio en el tablón del supermercado: «Clases particulares de francés, precio interesante». Aquella misma noche, sonó el teléfono. Quedamos para el día siguiente, en un café de Omote-Sando. No entendí su nombre, él tampoco el mío. Después de colgar, me di cuenta de que no sabía cómo lo reconocería, él tampoco a mí. Y como no se me había ocurrido pedirle su número, ya no tenía remedio. «Quizás vuelva a llamarme para aclararlo», pensé.

Nada como enamorarse en un complejo mundo de ideogramas y recibir una petición de matrimonio en la isla de Sado en Navidad tras sufrir la experiencia de sentir tu lengua succionada por los tentáculos de un pequeño pulpo al que debes devorar casi vivo-casi muerto.
El amor todo lo puede pero la convivencia lo destruye, por lo que el cariño se convierte en necesidad.
Amélie Nothomb convive con sus personalidades desarrolladas y alimentadas a lo largo de una vida periplo que la lleva desde su nacimiento en Japón con varias escalas en Asia hasta regresar a las raíces de su Bélgica familiar. Entre los distintos conceptos culturales que su crisol mental consigue formar, surge una esencia propia llena de complicadas vertientes que la compelen a vagar por la literatura de forma mágica. En su escritura autobiográfica aflora un lirismo de saludable melalomanía que convoca una ecléptica mitología presidida por su propia divinidad caótica.

De repente, un fragmento encarnado apareció en el horizonte. Un escalofrío recorrió la callada asamblea. Luego, a una velocidad no exenta de majestuosidad, el disco entero surgió de la nada y dominó toda la llanura. Entonces se produjo un fenómeno cuyo recuerdo me sigue conmoviendo: de los cientos de pechos reunidos allí, entre ellos el mío, se elevó el siguiente clamor:
Banzai!
Aquel grito era una lítotes: diez mil años no habrían sido suficientes para expresar el sentimiento de eternidad japonesa suscitado por semejante espectáculo.

En esta ocasión Amélie, evoca su regreso a Japón con un recorrido por un laberinto notas emocionales junto al joven japonés Rinri, bajo un yaloverás, mientras exploran las cumbres del pautado amor de juventud.




Ni de Eva ni de Adán
Amélie Nothomb
Anagrama. 2009
176 pág.
ISBN: 978-84-339-7501-0

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