Como cualquiera que haya leído la Biblia, me había acostumbrado con la idea de que la ciudad de Babilonia era sinónimo de todos los excesos y las abominaciones terrenales, fueran cuales fuese. Y como cualquiera que viviese en Berlín durante la República de Weimar, también me había acostumbrado a la frecuente comparación entre ambas ciudades.
Me embarco en Metrópolis con tristeza, desde Violetas de marzo me declaré incondicional de la saga Bernie Gunther como un método insuperable para viajar a la República de Weimar y al ascenso del nazismo de forma rigurosa y documentada a la vez que amena. Leer las investigaciones de Gunther es explorar un Berlín tensionado y esotérico, presenciar el ascenso del nacionalsocialismo, descubrir el proyecto de los Juegos Olímpicos y caminar por la inmortal Praga en un excepcional homenaje a Agatha Christie... Philip Kerr consiguió un cocktail insuperable con ingredientes básicos: excepcionalmente documentado, a hombros de gigantes de la literatura y fiel a un personaje con personalidad propia lleno de virtudes y defectos.
En esta ocasión asistimos a los orígenes del policía en Berlín, irónicamente en su último relato póstumo cierra un ciclo impresionante de novela negra volviendo a sus orígenes. Bernie Gunther, acaba de incorporarse al equipo de Homicidios tras patearse las calles como policía después de haber sobrevivido cuatro años de trincheras. Descubrir asesinos en una ciudad caótica de postguerra e inestabilidad política es más sencillo que navegar en los recuerdos y pesadillas que intenta ahogar en schnapps. No es el único, Berlín ha dejado de matar y morir en masa y ha pasado a ser una próspera Babilonia llena de vicios y placeres.
Los tullidos que mendigan en la ciudad son un recuerdo de la derrota y las elevadas tasas de prostitución son muestra de la pobreza y los niveles de subsistencia alcanzados. Las propuestas de limpieza se suceden entre eugenesis, el sueño del imperio perdido y el militarismo. Parece que nada se ha aprendido tras cuatro años de trincheras, o tal vez si que la próxima vez habrán de cavarse las fosas más profundas.
Los tullidos que mendigan en la ciudad son un recuerdo de la derrota y las elevadas tasas de prostitución son muestra de la pobreza y los niveles de subsistencia alcanzados. Las propuestas de limpieza se suceden entre eugenesis, el sueño del imperio perdido y el militarismo. Parece que nada se ha aprendido tras cuatro años de trincheras, o tal vez si que la próxima vez habrán de cavarse las fosas más profundas.
Entretanto, me bastaba con ver y oler prímulas para quedar reducido a un despojo balbuciente.
Metrópolis
Philip Kerr
RBA. 2019
324 pág.
ISBN 978-84-9187-683-0
Comentarios
Publicar un comentario
Comentarios