Reencuentro. Fred Uhlman

Ingresó en mi vida en febrero de 1932 y ya no ha salido de ella. Desde entonces ha transcurrido más de un cuarto de siglo, han pasado más de nueve mil días, inconexos y tediosos, vacíos por la sensación del esfuerzo o el trabajo inútil... días y años, muchos de ellos han muerto como las hojas mustias de un árbol seco.
Recuerdo el día y la hora en que fijé los ojos por primera vez en este muchacho que habría de ser la fuente de mí mayor dicha y de mi mayor desesperación.

Hans Schwarz tiene dieciséis años y estudia en el instituto de secundaria más famoso de Stuttgart bajo la tutela del director Klett y profesores como Herr Zimmermann. Es un ambiente de esforzado estudio, seriedad y formalidad con algo de ejercicio físico.  Los días transcurren monótonos en una sencilla vida escolar y familiar solitaria hasta que un día llega a clase un alumno nuevo, Konradin von Hohenfels, conde al que desde el director del centro, sus profesores e incluso el padre de Hans sirven una cortesía aduladora un tanto vergonzosa.

Hans descubre una bella amistad que se inicia pese a la timidez de ambos jóvenes y la separación social de ambos, Hans como judio hijo de médico en una fluida burguesia y Konradin hijo de una aristocracia adinerada. Para ellos solo existe su camaradería que les lleva a interminables discusiones sobre poesía, historia, teatro, mientras comparten su pasión por el coleccionismo y el excursionismo por las montañas. Son dos vidas adolescentes forjadas por una amistad de valores y exaltados sentimientos que se verá truncada por la poĺítica y la consiguiente marcha de Hans a Estados Unidos donde continuará sus estudios.

Fred Uhlman nació en Stuttgart en 1901, estudió secundaria en el instituto que recrea en esta breve novela de amistad y tras sus estudios trabajó como abogado. Con la creación das 100-jährige Reich, se marcha a Francia donde ejercerá como pintor. De ahí a España y tras el inicio de la guerra civil a Francia e Inglaterra donde escribirá este breve relato de nostalgia y recuerdo, de connotaciones biográficas.

Entonces sólo sabía que ese era mi país, mi terruño, sin principio ni fin, y que ser judío no tenía mayor importancia que nacer con cabello oscuro y no rojo. En primer lugar éramos suabos, luego alemanes y después judíos.

Fred Uhlman, desde el exilio, recrea en un breve texto culto y engrandecido por las emociones exaltadas del tránsito a la madurez, un relato de amistad sobre un trasfondo político que lleva al fin de esta relación. Sin embargo, los sentimientos permanecen y la fuerza de aficciones comunes llevan a un recuerdo en la madurez del que surge una reflexión y una comprensión del otro indeleble en los dos amigos que condicionará sus decisiones y su futuro.

Reencuentro, continua con Un alma valerosa en forma de novela epistolar que salva la distancia entre los dos amigos y nos aporta el punto de vista de Konradin.


Reencuentro
Fred Uhlman
Tusquets. 2001
122 pág.
ISBN 978-7223-241-7

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