"Mi abuela conoció al Reduce (veterano de guerra) en el otoño de 1950. Llegaba de Cagliari por primera vez al Continente, iba a cumplir cuarenta años y no tenía hijos porque los cálculos renales siempre la hacían abortar en los primeros meses. En aquel momento la mandaron a las termas a curarse, con su sacón, sus zapatos de taco alto con lazos y la valija de cuando su marido llegó refugiado al pueblo."
Mal di pietre, mal de piedras, traducido como La mujer en la luna, es la historia de una mujer en busca del amor y de la paz interior, narrada a través de la voz y los recuerdos que recompone su nieta. En su juventud, durante la Segunda Guerra Mundial, busca el amor en forma de pretendientes que terminan aplazando sus visitas hasta desaparecer. Esta soltería prolongada es motivo de angustia y rechazo para su madre y de tristeza para ella, al sentirse incomprendida. Sin embargo, un día llega a su casa en Cerdeña un refugiado de la península que le pide la mano a su padre.
Comienza un matrimonio extraño y ajeno que con el tiempo se va consolidando hasta que, enferma de piedras, marcha a curarse a un balneario. Allí, entre desconocidos y soledad sintiéndose libre por primera vez, conocerá el verdadero amor de su vida. Es un breve romance lleno de consecuencias personales intensas, al que se entrega libremente en este breve paréntesis vital. El regreso a la rutinaria plácida vida matrimonial supone la aceptación de las normas, la máscara vital que portamos mientras en su interior se consume un amor imposible.
Mal de piedras no es una simple novela de amor, un romance lleno de tópicos y liviandad, sino que nos presenta una radiografía sentimental de la femineidad. La abuela es una mujer enclaustrada en un modelo social que encontrará una breve libertad junto a Reduce, la nieta es una joven que recoge la leyenda familiar buscando entender su propia vida. Desfila en el cortejo de familiares una amplia panoplia de resoluciones ante las dificultades de la vida trastocada por la guerra y la pobreza, desde la amargura a la felicidad pasando por la insanidad del amor. Solo el tiempo lo cura todo o sino lo apacigua.
Y de fondo ruge el mar con fuerza, la historia de Italia en el siglo pasado, a través de los recuerdos y vivencias de los personajes. Entre las olas naufragan las ciudades bombardeadas por los aliados, las ciudades ocupadas por los alemanes, las deportaciones a los campos de concentración, el hambre, la pobreza de la reconstrucción, la humillación de sentirse sardo en la península con nombres llenos de úes, y el futuro que se abre paso dando lugar a una nueva generación.
Comienza un matrimonio extraño y ajeno que con el tiempo se va consolidando hasta que, enferma de piedras, marcha a curarse a un balneario. Allí, entre desconocidos y soledad sintiéndose libre por primera vez, conocerá el verdadero amor de su vida. Es un breve romance lleno de consecuencias personales intensas, al que se entrega libremente en este breve paréntesis vital. El regreso a la rutinaria plácida vida matrimonial supone la aceptación de las normas, la máscara vital que portamos mientras en su interior se consume un amor imposible.
Mal de piedras no es una simple novela de amor, un romance lleno de tópicos y liviandad, sino que nos presenta una radiografía sentimental de la femineidad. La abuela es una mujer enclaustrada en un modelo social que encontrará una breve libertad junto a Reduce, la nieta es una joven que recoge la leyenda familiar buscando entender su propia vida. Desfila en el cortejo de familiares una amplia panoplia de resoluciones ante las dificultades de la vida trastocada por la guerra y la pobreza, desde la amargura a la felicidad pasando por la insanidad del amor. Solo el tiempo lo cura todo o sino lo apacigua.
Y de fondo ruge el mar con fuerza, la historia de Italia en el siglo pasado, a través de los recuerdos y vivencias de los personajes. Entre las olas naufragan las ciudades bombardeadas por los aliados, las ciudades ocupadas por los alemanes, las deportaciones a los campos de concentración, el hambre, la pobreza de la reconstrucción, la humillación de sentirse sardo en la península con nombres llenos de úes, y el futuro que se abre paso dando lugar a una nueva generación.
"Cuando la abuela se acercaba ya a la vejez, me decía que tenía miedo de morirse. No por la muerte en sí, que debía ser como ir a a dormir o hacer un viaje, sino que sabía que Dios con ella estaba ofendido, porque le había dado tantas cosas lindas en este mundo y ella no había conseguido ser feliz, y esto Dios no podía habérselo perdonado."
En Mal de piedras he encontrado la reconstrucción de una historia familiar, el homenaje a nuestros mayores, el deseo de comprender a las personas no por sus actos sino por la vida que vivieron.
Y es que, todos somos nosotros y nuestras circunstancias.
Y es que, todos somos nosotros y nuestras circunstancias.
La mujer en la luna
Milena Agus
Edhasa. 2010
110 pág.
ISBN 978-987-628-018-1
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