Al pie de la Torre Eiffel. Emilia Pardo Bazán

Si yo no conociese bastante la gran capital de Francia, ¡qué emoción experimentaría al encontrarme, como quien dice, puesto el pie en el estribo para salir hacia hacia ella, con objeto de escribir del magno acontecimiento, la Exposición Universal de 1889!
Quien nunca vió a París, sueña con la metrópoli moderna por excelencia, a la cual ni catástrofes militares y políticas, ni la decadencia general de los Estados latinos, han conseguido robar el prestigio y la mágica aureola que atrae al viajero como canto misterioso de sirenas.

6 de mayo de 1889, van a cumplirse cien años de la Revolución Francesa, el Presidente de la República Sidi Carnot acompañado de su esposa vestida con elegante traje tricolor se acerca a la tribuna y pronuncia un discurso. La multitud se aglomera para escuchar sus palabras, Emilia Pardo Bazán desde el fondo no oye las palabras del presidente pero asiste a la inauguración como cronista para la revista de su buen amigo Lázaro Galdiano: La España Moderna.
Sus crónicas desde París se publicarán mensualmente y posteriormente editará en sus obras completas su experiencia parisina bajo el título Al pie de la Torre Eiffel. En ellas nos relata sus viajes previos a París, su llegada en un tren abarrotado, la limpieza de la ciudad, la excelente organización de la exposición, sus principales pabellones y una serie de digresiones sobre literatura, viajes, positivismo, historia... que enriquecen la crónica. El día de la inauguración asiste al discurso del presidente, recorre los pabellones y queda fascinada por la torre de 300 metros. París se ha volcado en esta exposición, celebra el centenario de la Revolución Francesa, y algunos países monárquicos han declinado la participación y otros han actuado tibiamente. El éxito de público es espectacular pese a las múltiples críticas que recibe la torre Eiffel, esta es un polo magnético que no deja a nadie indiferente llegando tanto a fascinar al público que disfruta de sus vistas y su restaurante como a exasperar a sus críticos.

Llego á la torre cuando las salvas anuncian la entrada de Carnot. El Presidente viene del Elíseo, en carretela á la gran Daumont, y escoltado por un pelotón de coraceros. Penetra en la Exposición por el puente de Jena, y pasa bajo el arco gigantesco de la torre Eiffel A poco rato cruza ante mí el primer Magistrado de la nación francesa, frío, derecho, impasible, correctísimo, embutido en el frac que con razón llaman de hojalata negra: ¡tan recto cae y tan imposible parece que en su tersa superficie se marque una leve arruga! Suenan algunos vivas, pero pálidos, desperdigados, vergonzantes, contagiados, por decirlo así, con la frialdad del personaje que los arranca. De repente las charangas y las bandas de música rompen con brioso y dramático empuje á entonar la Marsellesa...
 
Emilia Pardo Bazán asiste con ojo crítico y nos relata elementos anecdóticos como los elevados precios, la visita con sus hijos, la impresión de los distintos pabellones y la recreación de una calle de El Cairo, e incluso su alojamiento. Pero, también tiene tiempo para narrarnos polémicas político-artísticas del pabellón español, recorrer los conflictos monárquico-republicanos del país y sus vecinos, así como analizar aspectos tales como el comercio y la técnica comparando países. En el haber figura esa experiencia analítica basada en la observación, la mente abierta y la erudición; en el debe para el lector actual  alejado de la cultura decimonónica figura la mezcla de distintos elementos ajenos a la Exposición que distraen.
Una reciente edición ha tratado de evitar este choque temporal no con notas al pie o con un prólogo conciso y sencillo, sino con unas sencillas tijeras de podar que transforman las crónicas en libro de viajes descontextualizado. Quel dommage!

Disponible en la Biblioteca Digital Miguel de Cervantes.



Al pie de la Torre Eiffel
Emilia Pardo Bazán
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. 2011316 pág.
Edición digital a partir de Madrid, Estab. Tip. de Idemor Moreno, [1899?]. Biblioteca Nacional de España. Sig. R/35190

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