El atentado. Yasmina Khadra

No recuerdo haber oído ninguna explosión. Quizá un silbido, como el crujido de una tela al desgarrarse, pero tampoco estoy seguro. Estaba pendiente de esa especie de divinidad rodeada de un enjambre de fieles a la que su guardia pretoriana intentaba abrir paso hasta su vehículo. «Dejen paso, por favor... Por favor, apártense.» Los fieles se daban codazos para ver al jeque de cerca y tocar su kamis. El venerado anciano se daba la vuelta de cuando en cuando para saludar a un conocido o dar las gracias a un discípulo. De su ascético rostro irradiaba una mirada afilada como un alfanje. Intenté sin éxito romper el cerco de los cuerpos en trance que me aplastaban. El jeque se metió en su vehículo y agitó una mano tras el cristal blindado mientras dos guardaespaldas se sentaban a cada lado de él... Y nada más. Algo desgarró el cielo y fulguró en medio de la calzada como si fuera un rayo; su onda expansiva me alcanzó de lleno, desarticulando al grupo cuyo frenesí me tenía cautivo.

En un día de sol Mediterráneo, unos niños celebran en una cafetería un cumpleaños con inocente alegría, en ese mismo momento y lugar alguien que lo tiene todo y no tiene nada se inmola en un atentado. Heridos, huérfanos, viudos... las consecuencias son múltiples en un Tel Aviv sordo. El doctor Amín Jaafari, israelí de origen beduino, está a punto de terminar agotado su turno como cirujano en el hospital cuando sucede el atentado. Así comienza un nuevo turno de trabajo que transformará brutalmente su vida. Estamos frente a un mundo gris que  vemos en blanco y negro porque el color ha cedido debido a una ceguera que nos deslumbra.


Aquí sólo tienen voz y voto los cañones, los cinturones explosivos y los golpes bajos, y pobre del ventrílocuo cuya marioneta enmudezca sin previo aviso. Esto es un duelo sin piedad y sin reglas en el que las vacilaciones son fatales y los errores irreparables, en que el fin genera sus propios medios y la salvación está fuera de concurso, sobrepasada por el vértigo revanchista y las muertes espectaculares. [...]. Soy cirujano; creo que ya hay bastante dolor en nuestras carnes para que gente física y mentalmente sana reclame más cada dos por
tres

El atentado nos ofrece una profunda mirada a la complejidad del mundo a través de personajes coherentes que nos guían por una senda de miedo, odio y violencia. Mohamed Moulessehoul, ex comandante del ejército argelino, a través de su seudónimo literario Yasmina Khadra, vuelve a denunciar a través de la literatura de forma magistral la incapacidad del ser humano para la convivencia. En esta ocasión disecciona la vida de un matrimonio palestino nacionalizado israelí que conforme mejora su situación económica y personal se separa hasta el punto de alzar un muro que los aprisiona con consecuencias fatales.



El atentado
Yasmina Khadra
Alianza. 2006
220 pág.
ISBN 978-84-2064832-9

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