Khalil. Yasmina Khadra

ÉRAMOS CUATRO KAMIKAZES; nuestra misión consistía en convertir el Estadio de Francia en un duelo planetario. Apretujados en el coche que nos llevaba a toda velocidad por la autopista, no decíamos nada. Había dos hermanos que yo no conocía, uno delante con Alí, el conductor, y otro en el asiento trasero junto a mí y a Driss. El hermano que iba delante había puesto un CD en el aparato del vehículo y, desde entonces, no hacíamos sino escuchar al jeque Saad el-Ghamidi declamando las suras con una voz profunda como un embrujo. Jamás he oído a nadie recitar el Corán mejor que ese sabio del islam. No tenía cuerdas vocales, sino un arco iris cantando en la garganta. Creo que llorábamos de emoción, salvo quizás Alí, que parecía nervioso al volante.
Yo intentaba distraerme contemplando la campiña: la voz de Lyès me llamaba de continuo al orden: «¿Quieres acabar como Moka?».
Moka era un poco el idiota de Molenbeek.

Khalil es un joven de origen magrebí del barrio de Molenbeek que ha decidido autoinmolarse con la intención de segar el mayor número de vidas posibles. París, 13 de noviembre de 2015, proximidades del estadio de fútbol de Francia, se despide de su mejor amigo de la infancia que porta un chaleco suicida como el suyo con una apuesta: quien matará más personas. Está decidido, el paraíso le espera, pero cuando llega el momento aprieta el botón del detonador con insistencia y no explota, los infieles tienen un día más para revolcarse en la suciedad de su música, ropas ajustadas y alcohol. Cae en la desesperación, ¿cómo va a justificar ante su emir tal error?. Él no es un cobarde y no se rinde en la guerra contra el infiel. En ese momento todo va a cambiar, pero Khalil sigue sin entender que sucede y esta incomprensión da pie a su incapacidad de controlar su destino.

Al jurar lealtad al jeque, tenía que cortar con mi vida anterior, renegar de quienes no practicaban la oración, desconfiar de quienes no contribuían económicamente a los proyectos de la asociación. Y ahora me veía repartiendo muebles entre infieles. Increíblemente, había subido un armario a casa de un cliente que apestaba a alcohol sin rechazar su propina, por lo demás irrisoria.

Yasmina Khadra, pseudónimo de Mohammed Moulessehoul ex-oficial del ejército argelino, nos muestra la mente de un joven belga atrapado por las redes del yihadismo. Asistimos a un mundo de discriminación, desigualdad, carencia de oportunidades y explotación impregnado por la violencia en la que un joven navega entre el desarraigo familiar y la incapacidad de integración en la nueva sociedad que vive. Nuevamente el autor nos lleva a las orillas de dos culturas que coexisten pero que no alcanzan la convivencia en un texto simplificado que denuncia a la vez que lamenta.



Khalil
Yasmina Khadra
Alianza. 2018
216 pág.
ISBN 9788491812838

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