La sombra de lo que fuimos. Luis Sepúlveda

«A los viejos sólo nos queda Carlitos Santana», pensó el veterano, y se acordó de otro anciano que cuarenta años atrás tuvo la misma idea, con la diferencia de un apellido, y que la dijo mientras le servía una copa de vino.
—A los viejos sólo nos queda Carlitos Gardel, salud por el morocho —suspiró entonces su abuelo, mirando con nostalgia el color rubí del vino.
Eso fue todo, recordó el veterano. Al día siguiente el abuelo se voló los sesos con un Smith and Wesson calibre treinta y ocho especial, el mismo fierro que mantuvo durante décadas bien limpio y lubricado, con los seis proyectiles en el tambor, envuelto en un trozo de fieltro rojinegro resistente a la humedad, a las polillas y al olvido.

Santiago de Chile. Almacén de reparaciones de vehículos hoy abandonado. Cacho Salinas, Lolo Garmendia y Lucho Arencibia, militantes de izquierdas exiliados tras el golpe de Pinochet, regresados del exilio, vuelven a reunirse treinta y cinco años después. Pedro Nolasco, antiguo camarada, los ha convocado porque la revolución nunca muere. Pero Nolasco sí, víctima de las desavenencias conyugales de unos vecinos que arrojan un antiguo tocadiscos por la ventana, dando fin a lo que los milicos no alcanzaron. Los camaradas continuarán solos con la revolución a golpe de creatividad.

El resultado es un breve relato irónico y descarado que parte y reparte crítica social y política a partes desiguales. Como la vida misma.

.. los desaprensivos de siempre estarían taponando con basura las alcantarillas. De esa manera, las calles serían ríos caudalosos y los mismos herederos de la maldita picaresca que llegó con los conquistadores estarían en las esquinas, vestidos con chubasqueros de plástico y botas de goama, ofreciéndose como caballos que a cambio de unos pesos pasaban de una acera a otra a los ciudadanos que no querian mojarse.
 
Galardonada con el premio primavera de novela 2009, La sombra de lo que fuimos es un brote de libertad en una historia de nostalgia otoñal. Narrada con una ironía divertida que reparte risas y homenajes recorre un pasado reciente que no es sino presente. La historia se repite, aquí y allá, para volver al mismo punto de partida: el hombre es un lobo para el hombre aunque vista distintos uniformes. Luis Sepúlveda nos lo recuerda en una lectura ágil que nos invita a la reflexión.



La sombra de lo que fuimos
Luis Sepúlveda
Espasa. 2009
176 pág.
ISBN 978-84-670-3100-3

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