Notre-Dame. Ken Follet

La voz al otro lado del teléfono era insistente.
—Estoy en París —dijo—. ¡Enciende la televisión!
Yo estaba en casa, en la cocina, con Barbara, mi esposa. Acabábamos de terminar de cenar. No había bebido vino, afortunadamente. En aquel momento aún no lo sabía, pero iba a ser una noche muy larga.
La voz del teléfono era la de una vieja amiga. Es miembro del Parlamento y ministra de Gabinete, así que ha capeado muchas crisis y es imperturbable, pero parecía impactada.
Ya sabéis qué vimos en la pantalla: la maravillosa catedral de Notre-Dame de París, uno de los mayores logros de la civilización europea, estaba en llamas.


El 15 de abril de 2019 los telediarios de todo el mundo irrumpen con unas imágenes impactantes, la catedral de Notre-Dame de París arde en llamas. El humo oculta parcialmente la destrucción, se teme lo peor y el presidente de la República ante los micrófonos lanza un mensaje: La reconstruiremos. Se inicia al momento una cuestación que recauda en 24 horas 800 millones de euros. A un alcalde le preguntan si tuviese que donar dinero a que lo destinaria: salvar la Amazonía o la catedral de Notre-Dame.
Todos somos París.
Al amanecer del día siguiente los telediarios nos vuelven a inundar con una imagen, los daños no son tan terribles como se pensaba inicialmente. Ha caído la aguja y el techo, pero permanece en pie la estructura principal de la catedral con sus torres monumentales, sus icónicas gárgolas y su ciclópeo rosetón. El gallo de la aguja es recuperado, Francia vuelve a respirar y con ella el mundo entero. En las tertulias televisivas han sido convocados periodistas, especialistas en arte, escritores y entre ellos Ken Follet, autor consagrado y mundialmente conocido por su épica Los pilares de la tierra sobre la construcción de una catedral medieval. Cuando su editor le propone un texto sobre Nuestra Señora donándose lo recaudado por derechos, no lo duda y nos ofrece un recorrido por las principales etapas históricas de la catedral precedidas de la emoción que provocó su incendio.
En este opúsculo asistimos al inicio de la construcción de la catedral, a su protagonismo literario de la mano de Victor Hugo, a la reconstrucción de Viollet-le-Duc y al escenario de la liberación de París tras la Segunda Guerra Mundial.

Un periodista me preguntó si no odiaba a los turistas, con sus bermudas y sus cámaras de fotos. No. Las catedrales siempre han estado llenas de turistas. En la Edad Media no se los llamaba así, sino «peregrinos», pero viajaban por las mismas razones: ver el mundo y sus maravillas, abrir su mente, aprender y quizá entrar en contacto con algo milagroso, místico y eterno.

Notre-Dame vuelve a estar en obras, pero no es la única, hace unos días ardió el interior de la catedral de Nantes. La lista de catedrales que arden en Francia aumenta con la temperatura social. Han sido y son las protagonistas de nuestras ciudades, construidas, reformadas y transformadas, cuentan quienes somos y en lo que nos hemos convertido.



Notre-Dame
Ken Follet
Plaza & Janés. 2019
80 pág.
ISBN 9788401024801

Comentarios