Mis andanzas por Europa. Charles Chaplin

Un pastel de carne y riñones, gripe y un telegrama. He aquí la triple alianza responsable de todo el mundo. Aunque quizá hubiera también un poquito de añoranza y un deseo de aplausos en lo que me hizo partir hacia Europa para unas vacaciones.

Durante siete años había estado soleándome bajo el perpetuo sol de California, un sol aumentado artificialmente por los reflectores Cooper-Hewitts del estudio. Durante siete años había estado trabajando y pensando en una sola onda, y quería marcharme. Salir de Hollywood, de la colonia cinematográfica, de los escenarios, del olor del celuloide de los estudios, de los contratos, de la atención de la prensa, de las salas de montaje, de las muchedumbres, de las bellezas en bañador, de las natillas, de los zapatos grandes y de los pequeños bigotes.

Charles Spencer Chaplin agotado por la exigente Hollywood, decide embarcar en el Olimpia y cruzar el charco. Regresa a su ciudad natal. Su único deseo es disfrutar de vacaciones, físicas y mentales, alejarse de los fotógrafos, de las entrevistas con preguntas monótonas y de la incansable sucesión de contratos que ha encadenado en los últimos años. Famoso, admirado, las múltitudes lo persiguen. Parece imposible el descanso ante tanta atención.

Corre por la cubierta recordado sus años de maratones, encuentra el placer del deporte en el gimnasio especialmente porque está vacío, pero las noticias corren rápido y en unos minutos la sala se llena de gente curiosa que quieren ver a su ídolo. Charles es tímido, se oculta tras un sonrisa de atrezzo, le gusta la gente pero no ser el centro de atención.

Estoy a tres mil millas de Hollywood y a tres mil millas de Europa. En estem omento no pertenezco a ninguna de las dos. Alabado sea Dios, soy yo mismo. Es mi breve momento de felicidad, el glorioso «hoy» emparedado entre el agotador «ayer» de Los Ángeles y el portentoso «mañana» de Europa. Por el momento, estoy contento.
 
 Charles Chaplin rompió su timidez al publicar este relato en 1922 narrando el viaje que realizó al extranjero, un extranjero en el que había nacido. Sin embargo no se conforma con visitar su Londres natal, recorre brevemente París, Berlín viajando en tren entre campos aún devastados por la guerra. Charles Chaplin, Charlot en París, tiene treinta y dos años, ha fundado la United Artists y acaba de estrenar El Chico. Viaja con su secretario quien pasará a limpio sus notas en la que se convertiría este íntimo relato en el que hace acto de presencia su reflexivo humor.



Mis andanzas por Europa
Charles Chaplin
Evohé. 2010
176 pág.
ISBN 9788493742911

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