La casa de la belleza. Melba Escobar


Odio las uñas postizas de colores extravagantes, las cabelleras falsamente rubias, las blusas de seda fría y los aretes de brillantes a las cuatro de la tarde. Nunca tantas mujeres parecieron travestis o prostitutas disfrazadas de buenas esposas. Odio el perfume excesivo de estas mujeres maquilladas hasta el punto de parecer cucarachas de panadería; además, me hace estornudar. Y ni hablar de sus accesorios, esos teléfonos inteligentes con forros infantiles, en colores como el fucsia con lentejuelas, imitaciones de piedras preciosas y figuritas ridículas. Odio todo lo que representan estas mujeres no biodegradables de cejas depiladas. Odio sus voces chillonas, impostadas, como si fuesen muñequitas de cuatro años, pequeñas putitas de traqueto embotelladas en un cuerpo de mujer erecta como varón. 
Todo es muy confuso, estas mujeres-niña-macho me perturban, me agobian, me hacen pensar en todo lo que está roto y estropeado en un país como este, donde el valor de las mujeres está determinado por el tamaño de sus culos, la redondez de sus pechos y la estrechez de su cintura. Odio también a los hombres disminuidos, reducidos a su más primitiva versión, siempre buscando una hembra para montarla, para exhibirla como un trofeo, para canjearla o para ganarse un estatus entre otros cromañones de la misma ralea. Pero así como odio este universo mafioso que desde hace más de treinta años predomina en la estética del país, en la lógica de los matones, de los políticos, de los empresarios y de casi todo el que tenga una mínima relación con el poder, odio también a las señoras bogotanas, entre las que me incluyo, pero de quienes lucho por diferenciarme.

Karen, chinita o Pocahontas, es una esteticista que llega a Bogotá a la búsqueda de nuevas oportunidades laborales que la permitan vivir dignamente con su hijo Emiliano, quien permanecerá con su madre hasta que ella consiga un trabajo y alojamiento adecuado.
Karen conseguirá trabajo en un salón de belleza de lujo e iniciará un proceso de ahorro mientras vive alquilada en un barrio degradado. Sus clientas son mujeres adineradas, una psicoanalista, la esposa de un político, una presentadora de televisión y una adolescente que será asesinada después de asistir a una cita de depilación. 
Karen y sus clientas son piezas de un puzzle en el que la violación y asesinato de una adolescente es una pieza menor. Poco a poco en la narración descubrimos el poder, su sombra de injusticia, la corrupción, la prostitución, las drogas... y una ciudad, Bogotá, atrapada en un ciclo de violencia y destrucción.

Para su familia, sus amigas y la gente que conocía, acostarse con un hombre con condón era recibir trato de prostituta. «Si hay amor, no hay condón», recitaba doña Yolanda.

La casa de la belleza es un relato construido con exquisita precisión en la que el lector es guiado magistralmente en un proceso de denuncia social a través de unos personajes aparentemente estereotipados. La evolución de los estos en paralelo a la narración descubre su fragilidad en una sociedad en la que las vías de escape son inexistentes.


La casa de la belleza
Melba Escobar
Seix Barral. 2019
296 pág.
ISBN 978-84-322-3470-5

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