Las poseídas. Betina González

—Me voy a matar.

Felisa me miró a los ojos y, como todo el mundo, no vio nada en ellos. No éramos amigas. No entendí por qué me hacía cómplice de su plan, si es que de verdad tenía uno. Opté por el humor.

—Esperá unas semanas porque si no nadie se va a enterar. Para dramas, alcanza con el de la hermana Silvia.

Quise sonar graciosa, pero las palabras pesaron en el aire del baño, se enroscaron en el humo de nuestros cigarrillos y dieron de lleno en los ojos de Felisa, que se hicieron más chicos: dos dardos negros, de realeza ofendida.

—No me creés.

—Todas nos queremos matar en algún momento.

—Todas. 

El día que Felisa Willmer llega por primera vez al colegio de monjas de la zona norte de Buenos Aires llueve. Acaba de llegar de Amsterdam, ya se sabe lo que pasa allí con las drogas; su  madre acaba de fallecer, ya se sabe lo difícil que es eso; y comportamiento extraño no parece llamar la atención en especial.

Si parece ser más novedoso, la fuga de una monja y la aparición en el barrio de un exhibicionista. Nos lo cuenta María de la Cruz López, una alumna que ha decidido perder su virginidad con un desconocido y que se hará amiga de Felisa. A través de esta amistad descubriremos la llegada de la adolescencia guiada por una infancia de desarraigo y soledad.

Fue todo lo que Marisol necesitó. En su cara se mezclaron el asombro y un disgusto nuevos. López había ido demasiado lejos. López no conocía las reglas o no le importaban. Mientras ella y el cadete rubio no habían llegado más que a algunos besos, risitas y un número de teléfono falso anotado en un papelito, López no solamente lo había hecho con un desconocido en un lugar inmundo; había hecho algo mil veces peor: había cogido con un milico.

Si la adolescencia es una etapa de rebeldía, especialmente si se desarrolla en el contexto de una educación guiada por monjas ajenas a la maternidad y al sexo, todo condicional está condenado al fracaso. Esta novela nos ofrece una mirada a esas normas que están hechas para ser rotas, algo que sucede de forma casi inevitable durante la adolescencia.



Las poseídas
Betina González
Tusquets. 2013
184 pág.
ISBN 978-84-8383-457-2

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