Una mujer en Berlín. Marta Hillers

Sí, la guerra viene arrollando sobre Berlín. Lo que ayer era tan sólo un retumbar lejano es hoy un redoble constante. Se respira fragor de mortero. El oído, ensordecido, ya sólo percibe los disparos del calibre más grueso. Hace ya mucho que dejó de distinguirse su procedencia. Vivimos en un cerco de cañones que se va estrechando con cada hora que pasa.
De vez en cuando hay horas de un silencio inquietante. De pronto se le pasa a una por la mente que es primavera. A través de las ruinas calcinadas del barrio sopla vaporosamente el aroma de las lilas desde jardines sin dueño. El muñón de la acacia de delante del cine ha reverdecido rabiosamente. En algún momento, entre las alarmas, los jardineros deben de haber cavado, pues en los cenadores de la Berliner Strasse se ve tierra recién labrada. Sólo los pájaros desconfían de este abril; nuestros canalones están sin gorriones.

Entre el 20 de abril y el 22 de junio de 1945, una joven en Berlín realiza una serie de anotaciones en un cuaderno que ha encontrado en el refugio. Son los últimos días de la guerra y van a ser los más difíciles no solo por el cansancio, hambre y necesidades acumuladas sino por la llegada de los "ivanes". "Ya vereis, ya vereis" dice una joven prusiana refugiada refiriéndose al comportamiento de los rusos. Como confiesa la autora es una historia desagradable: de hambre, miseria, violaciones continuas, miedo y violencia que viene a confirmar que el hombre es un lobo para el hombre. La historia confirma esa sentencia, pero alguna vez habéis tratado de pensar que es la mujer para la mujer o para el hombre. Nuestra autora tras vivir el nazismo, la guerra y la derrota, llega a la conclusión que el gran derrotado no es el pueblo alemán, sino el hombre que impuso su deseo de conquista, limitó el mundo de la mujer a la cocina y a los niños, y regresó con el uniforme ajado arrastrando los pies vencido y humillado. Entre los escombros las mujeres defienden las familias, para alimentarse esquivan bombas, entierran a los familiares en improvisados armarios en el jardín de sus casas, y quedan a la merced del vencedor deseoso de vengar las afrentas recibidas.

De todos los horrores y miserias del libro, destaca con especial fuerza el rechazo que recibió su publicación en 1959. Como el hombre a la cola del aprovisionamiento le grita a la mujer que es raptada por los rusos: "déjate, no te resistas, no ves que nos pones en peligro a todos", siguen ciegos y creen que ven. 



Una mujer en Berlín: anotaciones de diario escritas entre el 20 de abril y el 22 de junio de 1945.
Marta Hillers
Anagrama. 2005
328 pág.
ISBN 9788433970800

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