Gambito de dama. Walter Tevis

Beth se enteró de la muerte de su madre por una mujer que llevaba un portapapeles. Al día siguiente su
foto apareció en el Herald-Leader. La fotografía, tomada en el porche de la casa gris de Maplewood Drive, mostraba a Beth con un sencillo vestido de algodón. Incluso entonces, se la veía claramente poco agraciada. El pie de la foto decía: «Huérfana tras la colisión de ayer en New Circle Road, Elizabeth Harmon se enfrenta a un futuro problemático. Elizabeth, de ocho años, se quedó sin familia tras el accidente, donde murieron dos personas y resultaron heridas otras. Sola en casa en ese momento, Elizabeth se enteró del accidente poco antes de que se tomara la foto. Las autoridades dicen que será bien atendida». 

En el Hogar Methuen de Mount Sterling, Kentucky, Beth recibía tranquilizantes dos veces al día. Igual que todos los otros niños, para «aliviar su carácter». El carácter de Beth era bueno, pero se alegraba de recibir la pequeña píldora. Aflojaba algo profundo en su estómago y la ayudaba a soportar las tensas horas en el orfanato

Aunque puede parecer una novedad literaria por su reciente adaptación televisiva, ni Gambito de dama ni Walter Tevis son dos recién llegados a la literatura y a la pantalla. La solidad trayectoria tanto literaria como en adaptación cinematográfica de Walter Tevis se remonta a obras como El buscavidas, de gran éxito tanto en el papel como en la pantalla.

Publicada en 1983, este homenaje al ajedrez, renace por la premiada adaptación a la televisión que promete ser un visto y no visto en la vorágine de estrenos que inunda el cable. Sin embargo, la fiebre de los club de ajedrez puede pasar, pero va a dejar una huella profunda en aquellos espectadores y posteriormente lectores que en años próximos releerán buscando claves de partidas para redescubrir los múltiples matices que destila la novela con gran sutilidad para hablarnos de los Estados Unidos de los años 60, monocroma y masculina. Los rusos en toda novela de la guerra fría son malos, malísimos; este es el casi, aunque del ajedrez se quiera hacer política es un juego, un gran juego de estrategia. En esta ocasión preside la novela con fuerza, no se distrae con juegos políticos ni sociales pero no los obvia: ahí está la denuncia de los orfanatos y sus tranquilizantes, la segregación racial, la discriminación de género, el sueño de una bella presidencia católica, el asistente en Moscú atentó a cosas de Moscú...

Gambito de dama es un juego dispuesto para su lectura y relectura, como una matrioshka sin fin que sorprenderá al lector y enamorará al jugador de ajedrez.




Gambito de dama
Walter Tevis
Alfaguara. 1991
320 pág.
ISBN 9788420460284

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