El cartero siempre llama dos veces. James M. Cain

A eso del mediodía me arrojaron del camión de heno. Me había subido a él la noche anterior, en la frontera, y apenas me metí bajo la lona quedé profundamente dormido. Estaba muy necesitado de ese sueño, después de las tres semanas que acababa de pasar en Tijuana, y dormía aún cuando el camión se detuvo a un costado del camino para que se enfriase el motor. Entonces vieron un pie que salía debajo de la lona y me arrojaron al camino. Intenté hacer unas bromas, pero el resultado fue el fracaso y comprendí que era inútil esperar algo. Me dieron un cigarro, sin embargo, y eché a andar en busca de algo para comer.

Fue entonces cuando llegué a la fonda Los Robles Gemelos. Era una de tantas que abundaban en California y cuya especialidad son los sándwiches.

The Postman always rings twice, es otro de esos libros posiblemente contaminados por la película. Todo el mundo ha visto una de sus adaptaciones, pero nadie ha leído el libro. Al fin y al cabo el libro está narrado fotograma a fotograma, con jugosos diálogos y una primera persona que invita a una voz en off. Ese es uno de sus activos desde luego, esa interpelación directa del protagonista que nos va conduciendo por una trama compleja y muy bien elaborada de forma ágil captando nuestra atención.

Otro de los méritos de la novela es el giro constante sobre la acción, cuando parece que todo va a concluir de un modo más o menos conciso, el autor recupera un personaje, una escena previa y la trama reinicia el ritmo hasta concluir con una paradoja del destino, que convierte la trama en una de las novelas negras mejor elaboradas.



El cartero siempre llama dos veces
James M. Cain
Booket. 2005
158 pág.
ISBN 978-8408060392

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