Esclavos del deseo. Donna Leon

Brunetti durmió hasta tarde. Alrededor de las nueve, giró la cabeza hacia la derecha y abrió un ojo, pero vio la hora y lo cerró de nuevo. Estuvo un tiempo sin moverse y, cuando volvió a mirar el reloj, vio que eran las nueve y media. Alargó el brazo izquierdo con la esperanza de encontrar a Paola a su lado, pero no dio más que con la hendidura de su ausencia, fría desde hacía rato. 

Se colocó primero de costado y después boca arriba, descansó un momento tras conseguirlo y abrió los ojos. Estudió el techo, le echó un vistazo a la esquina derecha y vio la marca que había encima de la ventana: una gotera que habían tenido unos meses antes y les había dejado una mancha marrón con forma de pulpo, pero muy pequeña. Del mismo modo que un pulpo, la mancha cambiaba de color con  la luz, y a veces también de forma, aunque nunca tenía más de siete patas.

Le había prometido a Paola que se subiría a la escalera y la pintaría, pero siempre iba con prisas, o era de noche y no quería hacerlo, o estaba descalzo y no quería arriesgarse a subirse en calcetines. 

El caso 30 del comisario Brunetti nos acerca a la Giudecca de Venecia mientras sagazmente denuncia la esclavitud del siglo XXI. Dos jóvenes heridas son abandonadas en el acceso marítimo de urgencias del hospital, por lo que se inicia una investigación que termina descubriendo una red de tráfico de personas. 

No hay tema de actualidad que no se le resista a Donna Leon, si algo ocurre en el mundo delictivo más tarde o más temprano Brunetti abordará el tema. Sin embargo, el éxito de esta veterana serie policíaca no reside exclusivamente en la diversidad del delito, sino en acercarnos a la vida familiar tan convencional como rutinaria de un matrimonio con dos hijos. 




Esclavos del deseo
Donna Leon
Seix Barral. 2021
336 pág.
ISBN 9788432238680

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