Pacto de sangre. James M. Cain

Había ido a Glendale para inscribir a tres nuevos camioneros en la póliza de seguros colectiva de una cerveceria, y luego me acordé de esta renovación en Hollywood. Decidí ir hasta allí. Así llegué a la Casa de la Muerte, de la que tanto se habló en los periódicos. Cuando yo la vi, no tenía nada de la Casa de la Muerte. Era simplemente una casa de estilo español, como todos los demás de California, con paredes blancas, tejados de tejas rojas y un patio lateral. Era una construcción irregular. Había un garaje en la parte delantera, y una sola planta; el resto se extendía de cualquier manera por la colina Para llegar a la puerta había que subir algunos escalones de piedra; así pues, aparqué el coche y subí. Una criada asomó la cabeza.

Publicada en 1936 como Double Indemnity, creo que puede ser una de esas novelas contaminadas por el cine. No es mi caso, no he visto la película. Pero, ya son varias las personas que me han comentado que la película es muy buena, ¿y el libro?, ah, no sé, no me lo he leído, no creo, es uno de esos escritores que empezó como guionista y solo tiene dos novelas buenas.

Más a mi favor, lamentablemente el cine no me atrae, siento una especie de aburrimiento mortal ante una pantalla que se incrementa según disminuye el tamaño de la misma. Lo sé, es incomprensible, cada uno tiene lo suyo. Solo los títulos de crédito me parecen eternos. Como se suele decir, hay gente para todo.

La portada anuncia la novela como "una historia buena, rápida y violenta" bajo la firma de Dashiell Hammett, así que promete. La edición que he conseguido es de la editorial El Aleph, clásicos gimlet, en palabras de Raymond Chandler "a real gimlet is half gin and half Rose's lime juice and nothing else". Esto es todo o nada, así que cuando lees la primera fase y te encuentras con una potente primera persona que dispara frases cortas, en ocasiones algo manidas --cosa que también tiene su encanto--, lo siento, pero estás atrapado. No vas a soltar el libro en lo que queda de tarde o noche.

La historia te atrapa, está construida a base de escenas impactantes que se van desarrollando a un ritmo trepidante, son fogonazos que construyen poco a poco a los personajes. Walter Huff es un agente de seguros con experiencia que conoce a la señora Phyllis Nirdlinger, esposa de uno de sus clientes. Walter quiere alejarse de una situación que se presenta como mínimo turbia, pero primero se autoconvence que lo hace por una mujer, luego por el dinero, al final es el destino como agente de seguros, engañar a la compañía. Mata al marido con la complicidad de la esposa y trama cobrar la doble indemnización del seguro de vida. Al fin y al cabo esa cláusula es una tentación para todo vendedor que sueña con dinero rápido.

Toda historia tiene que terminar, y el lector desde el principio está abocado a deducir que no puede terminar bien. Sin embargo, lamentablemente en una novela tan ágil y bien construida, tan exitosa con una redacción en primera persona tan potente y con un ritmo perfecto, asistimos al derrumbe en el final. Pierde toda la fuerza y concluye con un compromiso decepcionante. No he visto la película, repito, pero me han contado el final. Efectivamente, es una de esas pocas novelas que nunca podrá separarse de su versión cinematográfica.



Pacto de sangre
James M. Cain
El Aleph. 2003
187 pág.
ISBN 978-8476696302

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