Extraen la caja de cartón. La bajan con cuidado, pero con cierto desapego, como si no les correspondiera a ellos exhumar objetos tan humildes. Estoy allí de pie, en medio de ese enorme cuarto iluminado con lámparas de neón, como un pariente a quien convocan para reconocer el cadáver de un ser querido.
La senda de la literatura está llena de intrincados laberintos de imaginación y realidad. Este, se inicia en la visita al museo Carnavalet de París, dedicado a la historia de esta ciudad, que tiene el honor de acoger el abrigo del gran escritor Marcel Proust. Su ingreso en el museo es el destino de un periplo literario, familiar y bibliófilo en el que se mezclan amores y odios. Es este libro una búsqueda del tiempo perdido, un homenaje a su escritor y a la literatura, que seducirá a todo amante de un buen relato por el estilo cálido e íntimo que nos reencuentra con el amor por los libros.
En ese precioso instante, Jacques advirtió confusamente que, a su pesar, estaba implicado en una aventura a la que había sido llamado para cumplir la tarea de salvar algo que consideraba precioso; de ese modo, al menos en parte, contribuiría a reparar errores pasados. Una obligación que sentía que no podía eludir.
Jacques Guérein, divide su vida entre su entrega a los negocios como propietario de una fábrica de perfumes y su amor incondicional por los libros. De modo casual, debido a una apendicitis, conocerá al doctor Marcel Proust hermano del célebre escritor. Como bibliófilo no pierde oportunidad literaria recorriendo librerías a la búsqueda de manuscritos y primeras ediciones. En una de esas ocasiones le ofrecen en venta distintos objetos de Marcel Proust, lo que le lleva a reencontrarse con la familia Proust y con un destino de protección sobre la obra y el trabajo del escritor que su familia avergonzada de su homosexualidad se propone destruir.
El abrigo de Proust
Lorenza Foschini
Impedimenta. 2013
140 pág.
ISBN 978-84-15578-42-2
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