«Quien sueña demasiado olvida vivir», decía Panchito.
Encarno mi propio sueño, sin embargo me como la
vida completica. Siempre busco el lado bueno de las cosas
porque tienen sin duda alguno. Veo el vaso medio lleno,
una forma de superar la mueca con una sonrisa, y la ira
como un entusiasmo desalmado.
El mundo no tiene ninguna obligación de ser perfecto,
pero nos corresponde encontrarle un sentido que nos ayude
a ser algo felices. No hay mala racha que no tenga alguna
salida. Basta con creer en ello. Yo creo en ello. Mi optimismo, lo cultivo en mi jardín.
Sé desde que cumplí cinco años lo que es la alegría de
vivir; en cuanto a los años anteriores, no los recuerdo pero
seguro que fueron magníficos ya que mis padres lo eran.
Juan del Monte Jonava, Don Fuego, a sus casi sesenta años canta todas las noches en el café Buena Vista de La Habana desde hace varias décadas. Consagrado al cante, sube al escenario y recobra energía olvidando los sinsabores de un país cercado por la necesidad. Con el tiempo su afán por los escenarios le ha robado una mujer, una hija ya desconocida por la distancia y el amor de un hijo. Una noche tras la actuación, su jefe le informa del cierre del Buena Vista, triste y desolado no pierde la ilusión mientras espera un nuevo contrato. La Habana cada vez parece más abandonada y triste mientras espera esa llamada que parecen no llegar, cuando un día, por casualidad descubre el amor de su vida con Mayensi, un joven traumatizada y errática que le devuelve a la vida.
La música es tan bella, tan poderosa y afinada, que recorre la calle como un sortilegio. Nos levantamos y salimos de la casa, aspirados por un imán gigantesco. El aire tranquilo de fuera parece elevarse cada vez más alto, nota tras nota, para dar mayor brillo a las estrellas.
Esta es una novela dedicada a la música, al amor, a La Habana y al ritmo que lleva en sus venas entre sus calles desvencijadas y su eterno aire del pasado. Es un relato que nos enfrenta a los sinsabores de la vida, a la falta de libertad y al principal carcelero que somos nosotros mismos. Es una profunda reflexión sobre la vida, los hombres, las mujeres, sus pasiones y el destino que nos creamos. Es un canto, una postración, una ofrenda a una ciudad que seduce a sus visitantes mientras maltrata a sus habitantes.
Yasmina Khadra se aleja de los conflictos sociales del Mediterráneo y cruza el océano para seducirnos con esta historia de amor al ritmo del fuego cubano.
Yasmina Khadra se aleja de los conflictos sociales del Mediterráneo y cruza el océano para seducirnos con esta historia de amor al ritmo del fuego cubano.
Dios no vive en La Habana
Yasmina Khadra
Alianza. 2017
280 pág.
ISBN 978-84-9104-871-8
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